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Voy: He ahí, un paisaje

April 16, 2024
Voy: He ahí, un paisaje

Las almas no son exclusivas de los seres vivos; los edificios, las criaturas y los paisajes también susurran esencias. Permíteme guiarte en la captura de su espíritu oculto.

Comenzaremos ajustando el foco de tu cámara. Para capturar con claridad tanto lo cercano como lo distante, opta por un diafragma más cerrado, es decir, con un número f. Elevado. Este ajuste reduce la luz que entra, por lo que un trípode será tu aliado fiel en esta danza de sombras y luces.

Busca una composición que narre una historia, selecciona un fragmento del panorama y enmarca la tensión visual. Con ello, tejerás una imagen envolvente. Explora perspectivas insólitas para que tu mirada revele secretos y despierte curiosidades en quien observe tus obras.

Ahora, considera todos los actores del escenario natural. A menudo, solo vemos lo que yace ante nosotros, pero el telón de fondo también juega un papel crucial. ¿Qué misterios guarda el horizonte? ¿Cómo se entrelaza con tu escena principal?

La atmósfera y el momento del día tiñen tu lienzo con colores efímeros. Observa cómo el cielo se viste con matices cambiantes al compás de las nubes y el sol. Cada hora, cada cambio atmosférico, ofrece un nuevo escenario para explorar.

Decide quién será el protagonista de tu foto, el suelo o el cielo, y coloca el horizonte en el escenario que mejor narre tu visión. Los momentos de luz más poéticos son el amanecer y el atardecer, cuando el sol teje dramatismo a través de su inclinación.

Cada momento del día revela una faceta distinta del mismo paisaje, moldeado además por el clima. Aprende a interpretar las sombras que proyectan las nubes, cómo la luz se altera con el tiempo, cómo la niebla danza con tu lente.

Y recuerda, la regla de oro es sencilla: cuando una imagen te conmueva, no dudes, captura ese instante.

Pablo Voy

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